El mercado municipal de Vinarós se encuentra en la Plaza San Agustín, centro de la actividad diaria de la ciudad. Esta plazoleta próxima al mar acogía ya en el siglo pasado los puestos de carne y pescado del mercado, que cada semana tenía lugar el lunes. Era conocida entonces como Plaza del Mercat.
El actual edificio del mercado fue construido en 1928 sobre los terrenos del desaparecido convento de San Telmo, regentado por los frailes agustinos. El solar, que ocupaba la iglesia y el convento de San Agustín, quedó en manos de un particular tras la persecución contra religiosos y la Iglesia originada por la desamortización de 1835, que tenía como fin el acrecentar la riqueza nacional y obtener unos ingresos extraordinarios para amortizar los títulos de deuda pública.
Las conversaciones de los gobernantes locales con la reina Isabel Segunda, para la obtención de los terrenos sin cargos, no tuvieron los resultados deseados. El Ayuntamiento, regentado por José Francisco Forner, tuvo que vender entonces propiedades municipales: tres hornos, dos carnicerías y una taberna en la calle Mayor, con el fin de obtener ingresos para la compra de los terrenos y la construcción del mercado.
El arquitecto castellonense Francisco Tomás Traver, autor de edificios emblemáticos como La Casa de los Caracoles y el Instituto Francisco Ribalta de Castellón, proyectó el mercado como una área amplia y funcional que diera respuesta a su uso final, el de la venta de frutas, verduras, carnes y pescados.
La fachada frontal del mercado dispone de un ventanal y de cuatro puertas de acceso, dos centrales flanqueada por otras dos puertas laterales, todas ellas de igual tamaño y con cerramiento por grandes portaladas de hierro con terminaciones de motivos florales. La parte superior de la fachada principal está rematada por tres frontones triangulares coronados por decoración geométrica.
En lo más alto del edificio destaca el escudo de Vinarós, formado por media ala y un brote de vid que hacen referencia a la tradición vinícola de la ciudad y a la noble familia Alós.
Les invitamos ahora a entrar en el mercado y descubrir por sí mismos un espacio abierto, luminoso y ventilado.
El mercado de Vinarós fue construido con armazón metálico, siguiendo las características propias de la denominada arquitectura del hierro. El edificio presenta una planta compuesta por una nave central diáfana y dos laterales adosadas, cuya estructura está formada por vigas de celosía de hierro que descansan sobre 16 columnas de fundición ligeras y elegantes.
El cerramiento del edificio es translúcido, de hierro y vidrio, permitiendo así la entrada de luz al espacio. La techumbre está construida a dos aguas y a diferentes alturas, salvando los desniveles con ventanas laterales, que aportan también luminosidad y sensación de ligereza.
En este interior, los esbeltos pilares de hierro fundido están a su vez rematados por capiteles historiados y decorados con motivos vegetales. El mercado fue restaurado y ampliado en 1981. Al edificio original se adosó un segundo cuerpo posterior que concedió una mayor capacidad para la actividad comercial, sin restar luz ni amplitud.
Nuestra siguiente parada es la antigua iglesia de San Agustín y actual Auditorio Municipal. El edificio se encuentra situado junto al mercado municipal.